Activistas internacionales exigen a Berlín que conceda asilo a Snowden

Activistas digitales internacionales exigieron hoy en Berlín al Gobierno alemán que conceda asilo a Edward Snowden, el extécnico de los servicios secretos de EEUU que reveló la trama de espionaje masivo global de Washington.

Las filtraciones sobre el programa de interceptación de las comunicaciones de EEUU y su autor centraron la apertura del congreso Re:publica 14, uno de los encuentros más importantes a nivel internacional de la comunidad digital, que arrancó hoy en la capital alemana.

«Exigimos que Alemania conceda asilo a Snowden», aseguró Markus Beckedahl, uno de los fundadores del foro, que tildó de «valiente» al extécnico de los servicios secretos estadounidenses por su denuncia.

Esta petición, extendida entre los activistas digitales y compartida por algunos partidos alemanes en la oposición, ha chocado con la oposición del Gobierno alemán, que alega que no podría garantizar su integridad.

Sarah Harrison, abogada del portal WikiLeaks y de Snowden, aseguró por su parte que muchos países, incluida Alemania, tienen «miedo» a conceder asilo al extécnico por el «dominio» estadounidense.

«La mayoría de los gobiernos no se sienten demasiado fuertes como para garantizarle asilo», argumentó, tras afirmar que Snowden merece asilo «desde el punto legal», porque se limitó a denunciar violaciones de la ley, y también desde una óptica «moral y ética».

«Las revelaciones de Snowden fueron un acto político, porque expuso que el Gobierno de EEUU había violado la ley» con un sistema de espionaje «perverso» y «de escala masiva», añadió.

Harrison señaló que Alemania sola no tiene la fuerza necesaria para presionar a Washington para que cambie sus políticas de espionaje, pero consideró que Europa, si actuase unida, sí podría.

Por su parte, la periodista alemana Katja Gloger, de la ONG Reporteros Sin Fronteras, agregó que no sólo hay que pedir explicaciones a EEUU y consideró que en su país también queda mucho por hacer en este ámbito.

Gloger criticó que 20 de las 200 empresas que exportan a gobiernos de todo el mundo -y toda condición- programas de espionaje son alemanas, y que el Gobierno alemán debería controlar sus ventas como lo hace con el comercio de armas.

A su juicio, los alemanes deberían saber asimismo cómo operan sus servicios secretos y con qué otros cuerpos de inteligencia extranjeros comparten sus datos.

El parlamentario alemán Christian Flisek, socialdemócrata presente en la comisión de investigación del Bundestag (Cámara baja) sobre las revelaciones de Snowden, reconoció que el Legislativo no tiene un control efectivo sobre las actividades de los servicios de inteligencia alemanes.

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